De Kerchove cree que Al Qaeda mantiene su capacidad para organizar atentados, como lo ha demostrado la detención de presuntos terroristas en Alemania la semana pasada, supuestamente preparados para organizar un ataque.
Los expertos en lucha antiterrorista, además, temen que pueda haber actos de venganza por la muerte de Bin Laden de tipo individual y ya se han localizado llamamientos en internet en ese sentido.
El vicepresidente y ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha dicho que España ya está en un nivel de alerta alto. Aun así, este martes se reunirán con el presidente del gobierno los ministros afectados para decidir si se toman medidas adicionales. España, ha reconocido Rubalcaba, «tiene un riesgo evidente pero estamos mejor preparados».
En Alemania, se ha situado en la misma línea el ministro de Interior de Renania del Norte-Westfalia, Ralf Jäger: «La situación de seguridad en Alemania es ya, desde hace meses, muy tensa. Alemania se encuentra en un estado de peligro abstracto. Todas las agencias de seguridad de Alemania comparten estas informaciones».
En Francia, el ministro de Exteriores, Alain Juppé, se confesaba alegre por la operación de Estados Unidos pero advertía de que la desaparición de Bin Laden no elimina la amenaza.«Nosotros estaremos más atentos que nunca. La amenaza terrorista es elevada, lamentablemente lo hemos visto en Marrakech hace algunos días».
Reino Unido ha reforzado la seguridad de sus embajadas en todo el mundo. El responsable del Foreign Office, William Hague, ha señalado que éste es un serio revés para Al Qaeda, pero, «como cualquier organización que ha sufrido un serio revés, van a querer mostrar de alguna manera que aún pueden actuar».
Al margen de las consecuencias para la seguridad, la operación de Washington también ha levantado dudas sobre su legalidad. Se trata de la incursión militar de Estados Unidos en un Estado soberano, como Pakistán, que ha tenido como resultado la muerte de Bin Laden, cuando, para algunos, se le debía haber detenido y llevado ante un tribunal. «Las sociedades democráticas no pueden perder sus principios democráticos en pos de la política anti-terrorista», dice el jefe del partido Verde alemán, Cem Özdemir.