La salida de la eurozona de la recesión en el trimestre anterior había creado vanas expectativas, con el paro insostenible y los bancos que no abren el grifo del crédito, todo está en el alero. En este tercer trimestre la economía de Francia se ha contraído un 0,1 %, cuando era precisamente eso lo que se esperaba que creciera.
Un informe encargado por el gobierno francés a la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OCDE) dice que sus reformas laborales y de las pensiones no han sido tan duras como las de otros países más al sur y le cuesta trabajo mantener el débil crecimiento. Claro que los otros países tampoco se puede decir que avancen mucho.
Alemania ha crecido un 0,3 %, cuatro décimas por debajo que en el segundo trimestre, aunque en este caso era lo que se había previsto. Las exportaciones se han ralentizado y hay un cierto repunte de demanda interna. La bajada de tipos del BCE no ha favorecido nada a la economía alemana.
Según la Comisión Europea la eurozona caerá todavía un 0,4 % para el conjunto del año y crecerá un 1,1 % en 2014, con el pequeño empuje de los países con economías más débiles, España, Italia, Grecia y Portugal, que se espera que crezcan débilmente aunque arrastrando una enorme tasa de paro, en especial Grecia y España.