La canciller alemana, Angela Merkel, visita Turquía y les dice a los turcos en la cara que Alemania no quiere que formen parte de la Unión Europea. Allí ha reiterado su propuesta de que Turquía se conforme con ser un socio privilegiado de Europa y eso, asegura, no debe verse de manera negativa, sino como un método de acercamiento a la UE.
Turquía abrió las negociaciones de adhesión a la UE hace cinco años y desde entonces mantiene un duro tira y afloja con las autoridades europeas ,que exigen más cumplimiento de derechos humanos, menos corrupción y más derecho comunitario. Si bien es verdad que el gobierno de Ankara se abre paso con cuentagotas hacia la normativa comunitaria y que el problema kurdo no se resuelve como Bruselas quisiera, también lo es que hay pánico en ciertos países de Europa a que entre en la UE el que sería el país más poblado de la UE, con las repercusiones que comporta en la inmigración y el empleo, y además de mayoría musulmana.
El primer ministro turco, Recep Tayip Erdogan, no respondió en la rueda de prensa con Merkel, pero antes había reiterado su indignación porque Europa cambia sus argumentos para rechazar el ingreso.
De hecho, Merkel no ha hablado de las exigencias habituales de Bruselas. Hoy sus excusas fueron que Ankara no reconoce a la República de Chipre por la división de la isla, y que Turquía no ha apoyado abiertamente las sanciones internacionales contra Irán para que detenga su programa nuclear.
El ministro turco para Asuntos Europeos, Egemen Bagis, ha dicho que la idea de asociación privilegiada de Turquía a la UE no tiene base legal. El periódico Frankfurter Rundschau advertía hoy al gobierno alemán que Turquía «es importante por su creciente poder económico, su importancia como corredor energético y su estructura demográfica joven. Todo ello sumado a su rol geopolítico en el umbral con Oriente Cercano y Asia Central, hacen que Turquía sea imprescindible para Europa. La adhesión de Turquía le otorgaría a Europa su peso apropiado.»
Pero es que los 2,5 millones de turcos que viven en Alemania son ya un problema interno alemán. El último conflicto, la iniciativa de Ankara de crear una red de institutos de secundaria de habla turca en Alemania. Hoy Merkel dijo que acepta los colegios turcos en su país, siempre que se siga enseñando alemán. Aprender el idioma es un requisito para la integración de los inmigrantes. euroXpress