El ministro alemán de Exteriores, Guido Westerwelle, ha lanzado la idea este sábado, tras el consejo informal celebrado en Copenhague. «Tenemos que abrir un nuevo capítulo en la política europea», dijo Westerwelle a los periodistas, «necesitamos estructuras de toma de decisiones más eficientes».
La justificación alemana para reabrir el debate constitucional es que existen nuevos centros de poder en el mundo y Europa debe adecuarse para no perder influencia. El pasado noviembre, el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schauble, ya apuntó que sería conveniente introducir modificaciones al Tratado de Lisboa para que la disciplina fiscal se reflejara como norma europea antes de terminar 2012.
El gobierno alemán va a convocar a varios representantes de países comunitarios para tratar el asunto, entre los que estaría España. De momento, ya se han dejado escuchar opiniones contrapuestas. Francia aceptaría un nuevo debate constitucional para avanzar en la integración europea, mientras Suecia cree que el tratado de Lisboa aún tiene margen para mejorar la construcción de la UE.
El actual Tratado entró en vigor en diciembre de 2009 y, según opinión generalizada, es una versión adaptada a las circunstancias del fallido proyecto de Constitución, que rechazaron franceses y holandeses en 2005, después de años de debates y de que una Convención de gobiernos, europarlamentarios y expertos redactara un borrador consensuado. Los jefes de Estado y de gobierno de la UE firmaron la Constitución en 2004 y llegó a ser aprobada en referéndum en España.