El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, ha dicho que la eurozona debería seguir adelante sin esperar a hacer modificaciones en el Tratado de Lisboa. Desde que se comenzó a hablar de la necesidad de avanzar en la unión económica de la zona euro, Alemania ha estado dando una de cal y otra de arena. Por una parte ha convenido en que no sería posible salir de la crisis financiera y de deuda sin llegar a hacerla para a continuación repetir que se tardaría tiempo.
La canciller alemana y su ministro de finanzas han repetido una y otra vez que no se podía trabajar en la unión económica sin modificar previamente el Tratado de Lisboa, algo que puede llevar años. La Constitución de algunos países, entre ellos la alemana, exige que cualquier modificación en el Tratado debe ser aprobada por sus parlamentos.
Ahora la postura parece que se relaja. En una reunión en una universidad de Berlín en la que han coincidido el jefe del Bundesbank, Jens Weidmann, Schäuble, el ministro de finanzas francés Moscovici y el jefe del banco central francés, Christian Noyer, el ministro alemán dijo que la unión bancaria es un «proyecto prioritario», y aseguró que había que seguir con ella «con rapidez».
Para que no hubiera dudas de a qué se estaba refiriendo añadió que Europa necesita cambios institucionales a medio plazo, pero que no se debería esperar a hacerlos antes de solucionar los problemas actuales. «Debemos sacar el máximo provecho de los actuales tratados, y donde no consigamos las cosas institucionalmente, entonces trabajaremos entre gobiernos o incluso bilateralmente», ha manifestado.
Desde Francia no se ha hecho esperar la reacción del presidente Hollande, «es absolutamente esencial que podamos tener la unión bancaria sin cambios en los tratados, que siempre ha sido la postura de Francia», ha dicho.
El ministro francés de finanzas, Pierre Moscovici, ha declarado en la rueda de prensa posterior a la conferencia en Berlín que para finales de junio debería haber «un progreso decisivo». Previamente delante de los estudiantes y de Schäuble, Moscovici, había pedido más flexibilidad, menos fijación en las normas y más respeto hacia las diferencias en Europa.
«Tenemos que tener cuidado con todas las caricaturas» porque crean situaciones ambiguas, «Es verdad que Alemania tradicionalmente está muy apegada a las normas y a la disciplina, que son cosas que necesitamos, pero también hemos de ser capaces de flexibilidad, de comprensión y de respeto a nuestra diversidad», aclaró.
Alemania tendrá elecciones en septiembre que no parece que Angela Merkel vaya a perder, a partir de entonces los analistas esperan que afloje la mano. Aunque quizá las voces que se levantan en la eurozona contra la rigidez alemana y de su canciller les estén haciendo reflexionar e ir dando esperanzas mientras llega el otoño.