El terrorismo islamista ha vuelto a golpear a Marruecos. Y lo ha hecho en una de las ciudades con más repercusión en el extranjero. En el corazón turístico de Marraquech y en el visitado restaurante-café Argana de la plaza de Yemá el Fna. Sus clientes no son marroquíes son turistas. Por tanto es un atentado pensado para que tuviera más repercusión en el extranjero.
En un primer momento se pensó que la explosión pudo ser accidental, pero el ministerio del Interior marroquí ha confirmado que se trata de un atentado terrorista. Varios medios marroquíes apuntan la hipótesis de un ataque suicida. El gobierno marroquí ha abierto ya una investigación. Unos trabajos que, ha pedido el rey Mohamed VI, se hagan con celeridad y transparencia.
El atentado de Marraquech es el primero de estas características que sufre el país alauí desde mayo de 2003, cuando 12 suicidas hicieron estallar varios artefactos en Casablanca.... murieron 45 personas, entre ellas cuatro españoles. El ataque se atribuyó al Grupo terrorista de combatientes marroquíes, una de las ramas más radicales de Al Qaeda en ese país. Y sería el segundo atentado que sufre Marraquech, donde en agosto de 1994 murieron dos turistas españoles al ser tiroteados por un grupo islamista. Desde entonces el país norteafricano ha sufrido 7 atentados.
El gobierno no vé relación con los cambios políticos que están viviendo los países del Magreb. Pero lo cierto es que algo comienza a cambiar en el país. Al contrario que en Túnez o Egipto, ha habido pocas manifestaciones, y han sido minoritarias, para pedir cambios políticos. Tras esas concentraciones en las principales ciudades del país, el rey Mohamed VI, ha anunciado reformas constitucionales para dar más poder al ejecutivo y al Parlamento y recortar los poderes del monarca.
Quizá sea una coincidencia, pero como en Casablanca, el atentado se ha producido días después de que el rey indultara a un centenar de presos políticos. Entre ellos varios islamistas y un clérigo condenado por inspirar los atentados de 2003.
Marraquech, por su turismo, y Casablanca, por ser la capital económica, son dos de las ciudades más conocidas de Marruecos en el exterior. Por eso preocupa que pueda afectar al turismo, fuente de ingresos de ambas poblaciones, justo cuando comienza la campaña de verano. De hecho la bolsa ha caído un 3% nada más conocerse la explosión, aunque luego se ha recuperado.