Huelga general en Grecia cuando se cumple un año de los primeros recortes. Manifestantes y policía se han enfrentado en las inmediaciones del Parlamento con piedras y gases lacrimógenos. Veinticuatro personas han sido detenidas y según los servicios sanitarios 12 manifestantes y 2 policías han sufrido heridas.
Mientras en Alemania, la canciller Angela Merkel y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, se entrevistaban a puerta cerrada y sin declaración posterior con un único tema sobre la mesa: la necesidad de un nuevo rescate para Grecia.
La semana próxima el gobierno del socialista Yorgos Papandreu, debe adoptar un nuevo paquete de medidas aún más austeras y de privatizaciones de empresas estatales, recortes en el sector público, reducción en más de 30.000 funcionarios públicos, alquiler o venta de la mayor parte de la propiedad inmobiliaria del Estado y medidas para frenar la evasión de impuestos que ahora representa el 30% del PIB.
En Atenas está un grupo de expertos del Fondo Monetario Internacional y de la Unión Europea que deben informar de como han ido las medidas de ahorro que se han puesto en marcha después del rescate de 110.000 millones de euros. La conclusión puede ser que hay un agujero de 6.000 millones y que las reformas van lentas.
Y mientras los ciudadanos gritan en la calle que no pueden más y que el dinero que recibió el país se va en pagar intereses, Angela Merkel y Durao Barroso se han entrevistado en Berlín para hablar de un nuevo rescate para Grecia. No ha trascendido nada de la conversación, ni siquiera se les ha visto juntos. Mañana le llega el turno al presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, también en Berlín y de nuevo con el mismo tema de conversación.
Lo que se conoce es lo que la canciller alemana, Merkel, dijo este martes en su reunión de cada año con los corresponsales extranjeros. Que la solidaridad de Alemania «no ha estado nunca a debate», pero que es necesario que Atenas cumpla el severo programa de reformas.
La próxima semana se reúnen en Bruselas los ministros de Finanzas y Economía de los veintisiete, Ecofin, donde también se hablará de la situación griega, pero no tomarán ninguna resolución hasta ver el informe de los expertos que están en Atenas.
Por su parte el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, también ha intervenido para pedir a Grecia que aparte las «disputas domésticas» y acelere las reformas estructurales y el plan de privatizaciones que le exigió la UE. Según Rehn, la situación actual constituye un «test de credibilidad para las fuerzas políticas griegas, tanto para el Gobierno como para la oposición y, en última instancia, de la voluntad de los ciudadanos griegos».
Para el comisario la política de medidas de la UE funciona bien y ha puesto el ejemplo de España que ha conseguido no contagiarse. «España se está desacoplando de estos países gracias a su actuación determinada en los frentes fiscal, estructural y financiero», ha añadido que la estrategia impuesta por la UE ha conseguido «evitar un paro cardiaco como el que siguió a la quiebra de Lehman Brothers en septiembre de 2008» y además «ha contenido los problemas en los mercados de deuda» de Grecia, Portugal e Irlanda.