Ahmadineyad es uno de los grandes enemigos públicos, pero no se esperaba un discurso de tanta dureza ante Naciones Unidas. Sin embargo, el presidente iraní no ahorró críticas contra Estados Unidos y las demás potencias occidentales, a las que calificó de «poderes arrogantes».
Acusó a Estados Unidos de haber impuesto el colonialismo durante décadas y le responsabilizó de haber desencadenado los grandes conflictos del siglo XX. En el aire quedó esta pregunta: «¿Quién usó los misteriosos incidentes del 11 de septiembre como un pretexto para atacar Afganistán e Irak y matar, herir y desplazar a millones de personas en dos países con el objetivo último de dominar Oriente Próximo y sus recursos petroleros?»
Después cargó la culpa de la recesión económica mundial sobre los países europeos y añadió que«la mayoría de los gobiernos y naciones del mundo no han tenido papel alguno en las actuales crisis económicas globales y son víctimas de esas políticas».
Hubo más. Denunció que algunos países de la UE siguen utilizando el Holocausto, seis décadas después como excusa para apoyar a Israel. En su opinión se ve el sionismo como una ideología sagrada, mientras se «aprueban y permiten sacrilegios e insultos contra otras creencias y religiones».
Los agredidos no han ahorrado descalificaciones para el presidente iraní. «Detestables comentarios antisemitas y despreciables teorías de la conspiración», según el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney; «inaceptables», según la delegación francesa en Naciones Unidas.