La vieja Ruta de la Seda vuelve a llevar y traer mercancías y también información esta vez virtual. La seda, las piedras preciosas, el ámbar, la laca... ahora son, por ejemplo, datos de las estaciones de vigilancia sísmica. Esa zona está en la intersección de la placa tectónica euroasiática y la placa tectónica de la India la conexión rápida permitirá a los científicos del Instituto de Asia Central de Ciencias de la Tierra en Kirguistán y sus compañeros del Centro de Investigación sobre Ciencias de la Tierra de Alemania intercambiar datos de forma casi instantánea.
También facilitará las iniciativas de telemedicina que se han desarrollado en Tayikistán, o la colaboración en el ámbito textil entre el London College of Fashion y entidades de Tashkent
conocimientos que circularán a alta velocidad. Medio millón de usuarios de más de quinientos centros de investigación y universidades de Asia Central tendrán acceso a las grandes bases de datos y a la gigantesca capacidad de tratamiento de información necesarias para las labores de investigación de vanguardia.
Ya han comenzado varios proyectos de aprendizaje a distancia, sobre todo en Turmenistán , en colaboración con la Universidad Técnica de Hamburgo y la Universidad Autónoma de Barcelona.
El proyecto está cofinanciado por la Oficina de Cooperación de la Comisión Europea, EuropeAid, de la que recibe el 80% del presupuesto que asciende a 6,25 millones de euros. Los países beneficiarios aportan el resto de los fondos.