Según los datos de la auditoría anual, el gasto en la UE en 2011 llegó a los 129.400 millones de euros que ejecutaron, de forma compartida, la Comisión y los 27 gobiernos de la UE. El 80% de esa cantidad se dedicó a políticas de agricultura y cohesión.
El Tribunal dice haber detectado demasiados casos de fondos europeos que no alcanzaban las metas previstas o que no se utilizaban de forma óptima. Los sistemas de control de los Estados miembros y la Comisión examinados eran solo parcialmente eficaces para garantizar la regularidad de los pagos y estos sistemas no están desarrollando su pleno potencial para evitar o detectar y corregir errores.
El TCE estima que el porcentaje de error en los gastos del grupo de políticas de desarrollo rural, medio ambiente, pesca y salud fue del 7,7 % y en políticas de política regional, energía y transportes se mantuvo elevado en un 6 %. La conclusión es que «ante las fuertes presiones que soportan las finanzas públicas europeas, aún es posible gastar los fondos europeos con mayor eficiencia y de manera más selectiva», ha dicho Vítor Caldeira, presidente del TCE, quien aclara cómo se hace eso: «Los Estados miembros deben elaborar mejores normas sobre el modo en que deben gastarse los fondos de la Unión Europea, y los Estados miembros y la Comisión deben aplicarlas adecuadamente. De este modo, el presupuesto de la Unión podrá utilizarse de manera más eficiente y eficaz y aportará mayor valor añadido a los ciudadanos».
Bruselas aclara en una nota que esos errores «no suponen que el dinero de la UE se pierda, derroche o estafe». El fradude es sólo del 0,2% del presupuesto total de la UE y el dinero se recupera cuando se detecta. Cuando el Tribunal de Cuentas se refiere a un porcentaje de error significa que no se debía haber abonado dinero, porque el proyecto no cumplía las normas detalladas para poder acogerse a la financiación de la UE.
La Comisión Europea se fija en el bajo índice de error global más que en la reprimenda de los auditores. El comisario de Fiscalidad, Algirdas Semeta, dice que ««en los últimos años, la Comisión ha cumplido su promesa de garantizar una alta calidad en la gestión y control de los fondos de la UE» y pasa la responsabilidad a los Estados «para que intensifiquen sus esfuerzos».
Además les dice cómo deben actuar para mejorar la gestión de los fondos: En primer lugar, pueden aprobar las normas más simples propuestas por la Comisión para el nuevo período de programación. Unas normas más sencillas son más fáciles de respetar y de controlar y podrían contribuir a reducir drásticamente el número de errores en el gasto de la UE. En segundo lugar, reitero mi llamamiento a los Estados miembros para que asuman sus responsabilidades con mayor seriedad en lo que se refiere a su papel en la protección del dinero de los contribuyentes de la UE.
La Comisión Europea ha introducido nuevas normas en el Reglamento Financiero de la UE con el objetivo de que los Estados distribuyan las ayudas de la UE de una forma más simple y rápida, pero también más transparente.