Ha pasado muy poco tiempo y todavía no se han asentado los diferentes gobiernos están en plena transición y es difícil de saber a donde llevará este proceso. Lo que es seguro es que todos los países de la Unión Europea, no solo los países de la cuenca mediterránea, deben prestar más atención a sus vecinos del sur y establecer políticas de cooperación y comerciales que beneficien a las dos orillas.
El estudio de la Fundación Para el Desarrollo Socioeconómico Hispano-Marroquí (Fhimades) , está estructurado en nueve capítulos, cada uno de ellos desarrollado por un autor. En ellos se analiza el posible cambio de paradigma en las relaciones euromediterráneas, el cambio geopolítico, los retos que se plantean en la seguridad, las nuevas relaciones comerciales, la nuevos dueños del petróleo o el papel que han jugado las redes sociales en las revueltas.
Para Haizam Amirah-Fernández y Eduardo Soler i Lecha, coautores del capítulo «Hacia un cambio de paradigma en las relaciones euromediterráneas, la caída de los presidentes de Egipto y Túnez marcó «un antes y un después en la evolución política y social de los países árabes» y eso -señalan- «requiere mucho más que un simple cambio de enfoque o pequeñas modificaciones en las relaciones euromediterráneas».
Pero la base estará en el camino que tomen los países árabes, muchos de ellos con procesos revolucionarios abiertos, y que en caso de que alcancen el establecimiento de «regímenes más democráticos y afines» podría suponer «la ruptura de barreras ancestrales y el lento avance hacia una mayor integración regional», dice en el informe Francisco José Berenguer Hernández, autor del capítulo dedicado a Geopolítica del Mediterráneo en tiempos de cambios
Un recorrido largo y lento que debe pasar por el establecimiento del Estado palestino, un nuevo régimen en Siria, el final del conflicto en Libia y la mayor o menor apertura de las reformas en Marruecos y Argelia.
Para Ramón Enciso, coordinador español del Comité Averroes, y autor de otro de los capítulos «El Mediterráneo representa una enorme oportunidad (...) y la primavera árabe una esperanza». Encuentra una explicación para el momento en el que han sucedido las revueltas en la existencia de un «baby boom» en estos países. Era un momento en el que se estaba produciendo un cambio demográfico, muchos jóvenes con muchos hermanos con los que compartir el cuidado de los padres y pocos hijos a su vez, es decir, «una juventud con mucho tiempo libre para preguntarse» dice Enciso. A eso le añade la televisión, sobre todo Al Jazeera, los teléfonos móviles e Internet y las redes sociales. Todo eso dio como resultado que los jóvenes se revolvieron sin ser liderados por ningún partido, lo hicieron de una forma pacífica y sus reclamaciones eran muy parecidas a las que hubieran hecho los jóvenes de cualquier otra parte del mundo.
En definitiva, subraya Enciso, «estamos en un fin de etapa y ante una nueva realidad con luces y sombras».