La nueva directiva deberá articularse con el Mecanismo Único de Resolución Bancaria (MUR), que se discute a nivel de ministros de economía de la zona euro que volverán a reunirse el próximo miércoles. La recapitalización interna se aplicará en lugar de la utilizada durante la crisis en la que era el dinero público el que reflotaba el banco aumentando el déficit.
Con esta nueva normativa los primeros que pagarán serán los accionistas y los acreedores. Cubrirán al menos el 8 % de las pérdidas. Después se recurrirá a los fondos nacionales de resolución que habrán constituido los propios bancos.
Los depósitos bancarios estarán garantizados hasta 100.000 euros. Las personas físicas y las PYMES tendrán un trato preferencial respecto a los otros acreedores.
Cada Estado miembro tendrá que crear un fondo de resolución nacional que cubra el 1 % de los depósitos en un plazo de 10 años que correrá a cargo de los bancos. Las instituciones con más riesgos tendrán que hacer una mayor contribución al fondo.
La normativa se aplicará a los 28 Estados miembros. Según el comisario Barnier, «las nuevas normas establecen los medios para intervenir de manera decisiva antes de que los bancos tengan problemas». Esta herramienta de recapitalización se aplicará a partir del 1 de enero de 2016.