Ya hay acuerdo, pero tiene que ser ratificado por la Eurocámara y los gobiernos de la UE. Los jefes de Estado y de Gobiernoo pactaron en febrero un presupuesto de 959.990 millones de euros para los próximos siete años. Ya costó que lo aprobarán los Estados por las exigencias de Merkel y Camerón, que exigían ajustes fiscales y reformas estructurales, frente a Francia o España que pedían más dinero para poder salir de la crisis. Al final, tras pactar una partida de 6.000 millones para la creación de empleo juvenil, se consiguió desencallar la situación y pasar a la Eurocámara la propuesta de presupuesto.
El PE los rechazó en un principio y exigió una cláusula de revisión para poder aprobarlos. Tras largas negociaciones de la presidencia de turno, los Estados han accedido a varias peticiones de los eurodiputados, entre ellas, al inclusión de esa cláusula, que prevé que en 2016 se evalúe el contexto económico y se puedan introducir modificaciones.
La Comisión Europea ha garantizado la posibilidad de reasignar fondos de un año para otro y una mayor transparencia en el gasto del dinero. El ejecutivo comunitario ha dicho que se compromete a incluir un refuerzo del Fondo de Solidaridad para casos de desastres naturales y permitir «una importante financiación» a la iniciativa para luchar contra el paro juvenl en los próximos dos años, aunque los 6.000 millones de euros destinados a este fin, están previstos hasta 2020.
El viceprimer ministro irlandés ha reconocido que la negociación ha sido «muy difícil» y ha defendido un resultado que considera satisfactorio, por lo que ha explicado que propondrá al Consejo Europeo de la semana que viene su aprobación. En el Parlamento el encargado de presentar las cuentas definitivas es el francés Alain Lamassoure que lo presentará a la Comisión el martes para que se pueda aprobar en el pleno de julio.