Rosa y sus 2 hijos forman parte de los 250 sirios a los que Holanda ha invitado temporalmente. Huyó con ellos de Siria hace 2 años. «La situación en Siria es horrible. No sabes quien es amigo y quien enemigo» dice Rosa, mientras sus hijos miran una y otra vez la foto y el mapa de su nuevo hogar, que ACNUR les ha hecho llegar. Muy diferente a la que ocupaban en un suburbio de Damasco.
Como ellos, casi 3 millones de personas ha huído de Siria desde que comenzó el conflicto. La mayoría se hacina en campos de refugiados en los países vecinos. Pero cada vez son más los que se embarcan en travesías peligrosas por el Mediterraneo para llegar a Europa. Hasta ahora, han llegado 123.000.
En su último informe ACNUR ha hecho un llamamiento a los países europeos para que sean más solidarios con el drama que vive la población siria. Ya que hasta hoy solo se les han ofrecido 31.817 plazas de reasentamiento, admisión humanitaria o acogida. Pide que se les garantice el acceso al territorio, un asilo justo y condiciones de acogida adecuadas.
También ha mostrado su preocupación por algunas prácticas que se aplican a quienes llegan a Europa. Las devoluciones en las fronteras terrestres y marítimas, la lentitud en los procedimientos de asilo, las inadecuadas condiciones de acogida, o el uso de la detención, están en la lista de deficiencias que ACNUR señala a Europa.