En Bruselas creen que la distribución de libros, música, películas o videojuegos necesita normas de fácil acceso para los consumidores que además propicien la competencia. Su propuesta tiene tres ejes: garantizar que la creatividad resulte recompensada, dar a los consumidores instrumentos legales y tarificados para acceder a los contenidos y promover idénticas condiciones de juego para los nuevos modelos empresariales en toda la UE.

«Los derechos de autor e Internet son dos potentes motores para impulsar la creatividad y la innovación en beneficio de todos los europeos, y deberían combinarse en este nuevo proyecto que aspira a establecer un mercado único digital competitivo y próspero. Este mercado único digital sólo puede construirse con la colaboración de los creadores de contenidos y con la participación de la generación de «nativos digitales» en su condición de usuarios interesados y consumidores innovadores», ha afirmado Viviane Reding, Comisaria de Sociedad de la Información y Medios de Comunicación.

La cuestión es crear el marco jurídico adecuado para que creadores y consumidores sepan en qué terreno se mueven cuando distribuyen sus creaciones o las consumen, evitar problemas de derechos de autor y saber cuánto se gana o se gasta.

En palabras de Charlie McCreevy, Comisario de Mercado Interior, «la protección de la propiedad intelectual e industrial –derechos de autor, patentes, marcas o diseños– constituye el núcleo de una economía basada en el conocimiento y es esencial para mejorar la competitividad europea. Es, además, una prioridad para la reforma: debe asentarse en unos principios económicos robustos, no sólo en conceptos jurídicos, y concentrarse en soluciones que fomenten la innovación y la inversión en la vida real.»

El sector de la creación mueve un negocio de 650.000 millones de euros anuales y emplea a más del 3% de la mano de obra de la Unión Europea. euroXpress