En palabras de Juan Mulet, Director General de la Fundación para la Innovación Tecnológica (Cotec), con esta colección se busca «poner en valor la innovación tecnológica española, a veces tan denostada, y contribuir a mejorar la imagen de marca de España.»
En el primer número se presenta una importante innovación farmacéutica desarrollada por Almirall, una multinacional española del sector, que es la molécula Aclidinio, junto a un nuevo dispositivo para su administración a pacientes.
Este fármaco se usará en el tratamiento de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), una grave enfermedad degenerativa que afecta a más de 200 millones de personas en todo el mundo.
Almirall, que dedica un 23% de sus ventas a I+D (unos 159 millones de euros en el pasado ejercicio), centra sus líneas de investigación en fármacos para las áreas médicas de la dermatología, problemas gastrointestinales, el tratamiento del dolor, y pone especial énfasis en problemas del aparato respiratorio.
El proceso de trabajo, va desde la investigación de nuevas moléculas para la creación de nuevos fármacos hasta se registro, aprobación y comercialización.
Según explica Pere Berga, Asesor Científico de Almirall, hay áreas, como la biotecnología o la investigación en cáncer, en las que «la capacidad de nuestros investigadores está al más alto nivel». Añade que en general la investigación en España «está en un momento boyante» gracias a la presencia de un número cada vez mayor de parques tecnológicos y científicos que compiten en igualdad de condiciones con los de otros países europeos.
Recuerda que «estos parques demuestran que en España sí somos competitivos, ya que muchas empresas de fuera de nuestro país acuden a ellos para externalizar alguna de sus funciones.»
Tanto Berga como Mulet coinciden en que el futuro de la investigación en España pasa por la internacionalización de sus resultados, y que «se ha acabado el investigar sólo para España» ante la presente situación de crisis económica y las drásticas reducciones de los presupuestos para I+D+i por parte de las administraciones públicas.
En este punto, Juan Mulet recuerda que «lo fundamental es que no se produzca una parada en la actividad investigadora» y pone como ejemplo al CSIC que ha estado a punto de quedarse sin fondos para continuar investigando. «Si el CSIC se hubiese quedado sin fondos se daría una grave situación, ya que al reengancharse habría perdido mucho nivel y competitividad investigadora.»
Ambos reconocen que el aumento del 1,3 % en los presupuestos del Estado para 2013 en I+D+i es una noticia agridulce, ya que «no ha bajado como en años anteriores, pero es insuficiente para el ritmo de la investigación científica.»
En el sector privado, la industria farmacéutica es, junto con la automovilística, la que mayores inversiones realiza en I+D+i, por delante de otras como las telecomunicaciones o la industria aeronáutica, de acuerdo con los últimos datos de Farmaindustria. Las compañías farmacéuticas dedicaron 972 millones de euros en 2012 aI+D, y lleva a cabo un 18 % de toda la investigación realizada por empresas españolas.