Los recortes en sanidad provocan el aumento de los casos de muerte por cáncer en la Unión Europea. Esta es la principal conclusión del Congreso Europeo de Cáncer 2013 que se ha celebrado este sábado en Ámsterdam y que ha reunido a los principales oncólogos e investigadores del tema de toda la UE. Éstos han afirmado que aquellos países que destinan una mayor cantidad de sus presupuestos generales a sanidad, tienen más posibilidades de alargar la vida de sus ciudadanos que padecen cáncer, según un estudio publicado también en la prestigiosa revista científica Annals of oncology.
Uno de los principales autores ha sido el español Felipe Ades, oncólogo del Breast European Adjuvant Studies Team de Bélgica, que ha destacado que este problema es mayor según los tipos de cáncer, por ejemplo el de mama y ha lamentado la «diferencia significativa» que existe actualmente entre el gasto sanitario y los efectos del cáncer entre la población en los Estados miembros, siendo aún más evidente entre los países más orientales y los occidentales.
A la cola de los países con las partidas económicas más bajas para esta enfermedad, es decir aquellos que gastan menos de 1.500 euros anuales per cápita en sanidad, se sitúan Rumanía, Polonia y Hungría. En ellos, en torno al 60 % de los pacientes muere tras el diagnóstico de cáncer.
En la otra cara de la moneda, están los que invierten más de 3.000 euros al año por persona, como Alemania, Francia y Bélgica, donde el porcentaje desciende por debajo del 40 %. En la mitad de la tabla se encuentran, España. Reino Unido y Portugal que destinan entre 1.800 y 2.200 y cuya incidencia de mortalidad es menor del 50 %.
Dicho estudio, uno de los más importantes que se hayan realizado para medir la incidencia de las políticas económicas en sanidad de los diferentes gobiernos de la UE en el cáncer, sugiere que los países donde sus habitantes sobreviven más a la enfermedad se debe a que cuenta con un mayor número de programas de cribado, que permiten detectar más casos de cáncer en sus fases más tempranas y más abordables terapéuticamente.
También se refiere a que en estos países hay una mayor disponibilidad de tratamientos eficaces. El cáncer de mamá es el ejemplo más caro de la diferencia sanitaria entre los países del este y el oeste europeos, «hemos descubierto que la asociación entre una riqueza y gasto sanitario mayores y la incidencia del cáncer de mama es aún más acusada que en otros cánceres, un hecho relacionado posiblemente a una mayor incidencia del cáncer de mama en los países occidentales, pero también a una mejor detección por la disponibilidad de cribados», ha declarado Ades.
Y otra diferencia más, mientras que la población de Europa occidental, de unos 400 millones de personas, casi cuadriplica la de Europa oriental, el Producto Interior Bruto (PIB) total de los países occidentales es diez veces mayor que el de los orientales, clave a la hora de efectuar políticas de sanidad más efectivas.