Según los datos de la Comisión Europea, las difrencias salariales a favor de los hombres se van reduciendo en Europa y han mejorado algo en los últimos años, pero la brecha se mantiene, aunque con grandes diferencias entre países. En Polonia es solo del 2% y en Estonia, es del 27%. España está casi en la media europea, mucho mejor situada que Alemania, y solo un poco peor que países en donde se supone que se respetan estrictamente los derechos de la mujer, como Francia, Suecia o Dinamarca. Además, Bruselas ha constatado que la situación incluso empeora en Bulgaria, Francia, Hungría, Letonia, Portugal y Rumanía.
Según, un estudio de Comisiones Obreras, en España el salario medio anual de las mujeres tendría que incrementarse un 28% para equipararse al de los hombres o, lo que es lo mismo, una mujer tiene que trabajar 102 días más que un hombre para ganar el mismo salario.
El análisis de las causas que apunta Bruselas es que, en general, el trabajo de las mujeres se valora menos, aunque requieran las mismas capacidades, cualificaciones o experiencia. Vale este ejemplo: en los supermercados, el personal de las cajas, en su mayoría mujeres, suele ganar menos que los empleados que reponen productos en las estanterías, en su mayoría hombres.
El hecho de que haya trabajos más indicados para un género que para otro influye a la hora de fijar salarios, de modo que se valora más el esfuerzo físico o las responsabilidades que tienen que ver con el capital, más que con las personas. La consecuencia es que los sectores que ocupan mayoritariamente mujeres suelen estar peor pagados, sobre todo, si requieren una baja cualificación profesional.
La Comisión Europea se ha fijado más este año en la situación de las mujeres en los órganos directivos de las empresas, donde representan tan solo el 32% de los puestos de gerencia, el 10% de los consejos de administración y el 29% de los científicos e ingenieros de toda Europa.
Puesto que, en general, las legislaciones ya contemplan la igualdad salarial, borrar estas situaciones de discriminación no es fácil y la solución parece pasar por concienciar a todos de la discriminación existente. Los sindicatos piden medidas de acción positiva en la negociación colectiva y planes de igualdad para garantizar las retribuciones de hombres y mujeres.
La Comisión Europea intenta ser didáctica en su denuncia con un videoclip, una campaña en internet y actos en los diferentes países europeos para explicar la situación.
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