Un año después del terremoto de Lorca, en el que murieron 9 personas, hubo 324 heridos, más de 100.000 vecinos tuvieron que dejar sus casas y resultaron dañados el 80% de los edificios, pocas cosas han cambiado en este municipio murciano. Las asociaciones y plataformas de vecinos afectados coinciden en criticar que las ayudas llegan «con cuentagotas». En el Aquila (Italia) el 6 de abril se cumplieron 3 años de otro seísmo que provocó la destrucción de varios municipos y en el que murieron 309 personas. En Europa la actividad sísmica más importante se situa principalmente en Islandia y en los países mediterráneos, donde convergen la placa africana y la de Arabia con la Euroasiática, la zona más afectada es la de Turquía.
Los dos terremotos del 11 de mayo en Lorca son los más importantes, tanto por el número de víctimas mortales como por los destrozos materiales causados, de la historia de España del último medio siglo, después de los ocurridos en Granada el 20 de abril de 1956, cuando hubo 12 muertos, 70 heridos y 500 edificios derrumbados. En la UE, en los últimos quince años han muerto 5.000 personas a causa de terremotos. El seísmo más devastador fue el de 1980 en el sur de Italia donde murieron 4.500 personas y otras 250.000 perdieron sus viviendas. Otros terremotos importantes fueron los de la región griega de Grevana en 1995 y en Asís en 1997. En los últimos años hemos asistido a una intensa actividad telúrica en Islandia, con varios volcanes en erupción. También el Etna en Italia y recientemente los movimientos sísmicos de la Isla de Hierro.
La UE lleva a cabo varios programas relacionados con la prevención de este tipo de movimientos naturales, mediante el programa Transfer y Safer, que analiza la vulnerabilidad de algunas zonas costeras y evalúa qué daños podrían producirse en caso de que una ola de grandes dimensiones provocara un tsunami en cadena en el litoral. No es algo extraño y ya se han registrado algunos daños de este tipo en el pasado. En la memoria histórica queda el terremoto de Lisboa el 1 de noviembre de 1755 en el que murieron unas 100.000 personas.
Desde 1987 la UE ha apoyado económicamente unos cincuenta proyectos de investigación sobre terremotos y desde hace tiempo se realizan simulacros con equipos especializados de varios países. Algunas investigaciones intentan predecir los seis y determinar en qué lugar y cuándo puede producirse un terremoto, su duración y la magnitud que puedan alcanzar. Otros trabajos llevados a cabo desde Eurocodes establecen las medidas urbanísticas que deben cumplirse para construir en zonas de peligro. En el Aquila quedó claro que la mala calidad de las viviendas construidas aumentó la magnitud de la catástrofe.
En 1996 la Comisión elaboró las líneas de actuación para proteger a los ciudadanos contra los riesgos sísmicos pidiendo a los gobiernos que reforzaran sus sistemas de información y comunicación. De los 3.600 terremotos de media que se registran en España anualmente solo se perciben entre 10 y 15, según datos de la Red Sísmica Nacional que estrena esta semana Twitter con avisos en directo.
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