La reconciliación tras la Segunda Guerra Mundial fue escenificada con una visita oficial a Francia del canciller Konrad Adenauer, del 5 al 8 de julio de 1962. Los dos mandatarios francés y alemán, asistieron el 8 de julio a «la misa de la paz» en la catedral de Reims, que resultó destruida en parte durante la Primera Guerra Mundial. Dos meses más tarde el general de Gaulle devolvió la visita.
La ciudad de Reims es un símbolo de las dos guerras mundiales. Ocupada por los prusianos en 1870, fue devastada por los bombardeos de la Primera Guerra Mundial, y más tarde por los nazis.
François Hollande y Angela Merkel recuerdan aquel acontecimiento de reconciliación en un momento crucial para la Unión Europea. Los líderes de ambos países no se puede decir que estén en la mejor relación ni personal ni política. En la última cumbre del 28 y 29 de junio, Hollande se distanció del tradicional codo con codo franco-alemán para apoyar las reivindicaciones de Italia y España.
No muy lejos de donde se estaba conmemorando el cincuentenario, a unos 40 km en un cementerio militar, unas 51 tumbas de soldados alemanes de la primera Guerra Mundial han sido profanadas. El ministro del Interior francés, Manuel Valls ha condenado «firmemente la profanación». La policía no descarta ninguna hipótesis, no se ha encontrado ningún mensaje ni ninguna inscripción.
En el cementerio de Saint-Etienne de Arnes, donde están enterrados unos 12.000 soldados de la Primera Guerra Mundial la mayor parte alemanes los otros franceses, algunas cruces de madera estaban tiradas o rotas y otras han sido utilizadas para hacer fuego en la madrugada de este sábado. Cerca del lugar se han encontrado muchas botellas vacías de alcohol y cerveza.