La Comisión europea anunciará el próximo miércoles, 22 de enero, un paquete de medidas para regular los combustibles no convencionales. Se esperaba una exigente directiva sobre fracking, en consonancia con los informes encargados por instituciones comunitarias. Pero la presión de varios países, ha rebajado las medidas hasta convertirlas en no vinculantes. Trescientos colectivos de toda Europa, entre ellos Amigos de la Tierra y Ecologistas en Acción, han dirigido una carta abierta a la Comisión, el Consejo y el Parlamento europeo que alerta del error energético, climático y ambiental que supone apostar por esta técnica extractiva1.
El Ejecutivo detectó en otoño de 2012 hasta 11 vacíos legales en materia de residuos mineros, de agua, de evaluación ambiental, etc que deberían ser subsanadas. Estos hallazgos están en línea con otro informe anterior del parlamento europeo. En Octubre pasado se filtró el rumor de que la Comisión preparaba, en consonancia con estas deficiencias detectadas y con los resultados de el análisis de impacto preceptivo a toda nueva legislación, una exigente directiva que convirtiera las nuevas normas en vinculantes.
Sin embargo la presión de los Estado miembro más favorables al desarrollo de esta actividad, como el Reino Unido o Polonia, han logrado tras una intensa campaña de presión, convencer al presidente de las Comisión, José Manuel Durao Barroso, de que poner trabas regulatorias a las empresas espantaría la inversión. Consecuentemente la Comisión anunciará apenas unas medidas orientativas que según Ecologistas en Acción y Amigos de la Tierra carecerán de toda efectividad al no ser de obligado cumplimiento.
La carta firmada por colectivos de 22 países, advierte de las amenazas de esta actividad y subraya que imponer esta técnica contra la voluntad de la gran mayoría de la población europea supone una quiebra democrática. Las protestas se han sucedido en los los últimos meses en lugares sobre los que planeaban planes de perforación como Zurawlow (Polonia), Balcombe y Barton Moss (RU) o Pungesti (Rumanía) con duras represiones policiales.
La Comisión europea ignora así el resultado de la consulta pública que realizó en 2013, donde el 64 % de los europeos se mostraron contrarios a las explotación de los gases no convencionales y un 20 % opinión que solo debería explotarse bajo una estricta regulación.
Este movimiento antidemocrático de la Comisión europea está en linea con las negociaciones de los tratados de libre comercio entre la UE y EEUU y Canadá, que se están llevando a cabo con un absoluto secretismo, y donde favorece a las grandes empresas en detrimento de la sociedad europea. Todo parece indicar que estas negociaciones darán vía libre a proyectos de fracking y establecerán un marco aún más favorable a las empresas gasísticas americanas.
Otro elemento importante en el proceso es la revisión de la Directiva de Evaluación de Impacto ambiental. Mientras el Parlamento europeo logró en otoño de 2013 introducir unas enmiendas exigentes para obligar a someter a este procedimiento a todos los proyectos de fracking, el Consejo europeo ha forzado la exclusión de las más importantes en otra vuelta de tuerca para debilitar la regulación.
Amigos de la Tierra y Ecologistas en Acción, son dos de las trescientas organizaciones2 que han enviado el documento escrito a la Comisión, al Consejo y al Parlamento Europeo, junto al Presidente Rajoy, el Ministro de Industria y distintos eurodiputados españoles. Las organizaciones reclaman la necesidad de abandonar la senda de los combustibles fósiles y de avanzar hacia unas políticas energéticas basadas en las energías renovables.
[1] Carta firmada por 300 organizaciones europeas
[2] Listado de organizaciones firmantes