Cuando se cumplen veinte años desde que se creó la ciudadanía europea el 1 de noviembre de 1991 en el Tratado de Maastrich, se ha avanzado mucho aunque los europeos no tienen muy claro cuales son esos derechos o como reivindicarlos.
Una persona que posee la nacionalidad de un Estado miembro, es automáticamente ciudadano de la UE. Esta nacionalidad no sustituye a la nacional sino que se añade. Solo un 43 por ciento conoce el término «ciudadano de la Unión Europea». Según una encuesta hecha por Eurostat en 2010, casi la mitad de los ciudadanos de la Unión creen que no están suficientemente informados de sus derechos.
La ciudadanía y los derechos que lleva asociados constituyen uno de los pilares clave de la Unión. Por delante hay todo un año para informar a los ciudadanos, ese es uno de los principales objetivos de la declaración de 2013 como Año Europeo de los Ciudadanos. La Comisión publicará un plan de acción para suprimir los últimos obstáculos que todavía impiden a los ciudadanos de la UE beneficiarse de sus derechos.
Más concretamente el objetivo de este Año es: aumentar la conciencia de los europeos sobre su derecho a residir libremente en el territorio de la UE; informar mejor a los ciudadanos sobre el modo en que pueden beneficiarse de los derechos y de las políticas de la UE y estimular su participación activa en la elaboración de estas últimas; animar el debate sobre el impacto y los beneficios del derecho a la libre circulación, en particular para estudiantes, trabajadores y empresas; y el aumento de la cohesión y de la comprensión mutua entre los ciudadanos de la UE.
Los derechos fundamentales que confiere el Tratado de Funcionamiento de la Unión son:
Libre circulación y residencia en la UE
Sufragio activo y pasivo en las elecciones al Parlamento Europeo y en las elecciones municipales
Protección de las autoridades diplomáticas y consulares de cualquier Estado miembro
Presentación de peticiones ante el Parlamento Europeo y reclamaciones ante el Defensor del Pueblo Europeo
El Tratado prohíbe la discriminación por razón de nacionalidad.
Pero además los ciudadanos gozan de otros derechos:
Solicitar y recibir respuesta de cualquier institución de la UE en una de las lenguas oficiales.
Acceso en determinadas condiciones a los documentos del Parlamento Europeo, de la Comisión Europea, o del Consejo.
Igualdad de posibilidades para trabajar como funcionario de la UE
Cada vez son más lo europeos que viven en un país distinto del suyo. En 2009, eran unos 11,9 millones de europeos un año después eran 12,3 millones. Según Eurostat, más de un tercio (35 por ciento) de los trabajadores europeos estarían dispuestos a aceptar un trabajo en otro Estado miembro, aunque casi uno de cada cinco cree que todavía hay demasiadas trabas para hacerlo y no es solamente el idioma es también falta de información.