EL CAIRO, (IPS) - Muchos egipcios amenazan con salir a las calles si el ex primer ministro de Hosni Mubarak gana la segunda vuelta de las elecciones este mes, mientras que otros temen que se produzca un golpe de Estado si la vencedora es la Hermandad Musulmana. La furia popular volvió a estallar en este país tras los polémicos resultados de la primera ronda de los comicios presidenciales, celebrada el 23 y 24 de mayo.
Las oficinas de Ahmed Shafik, último primer ministro del régimen de Mubarak (1981-2011), fueron incendiadas por una multitud el lunes por la noche. Otros manifestantes se dirigieron a la plaza Talat Harb, mientras volvían a producirse enfrentamientos en la emblemática Tahrir, donde una multitud se había reunido para protestar contra los resultados electorales.
En la primera ronda de los comicios se aseguró el primer lugar el candidato Muhammad Mursi, del Partido Libertad y Justicia, de la Hermandad Musulmana, seguido de cerca por Shafik, que se postuló de forma independiente. La segunda ronda se llevará a cabo los días 16 y 17 de este mes.
El candidato izquierdista, Hamdeen Sabahi, quedó en tercer lugar, mientras que el islamista moderado Abdel-Moneim Abolfotoh fue cuarto. Muchos de los líderes de la revolución de febrero de 2011 son seculares y están en contra de la Hermandad, pero también sienten recelo hacia Shafik debido a su pasada lealtad a Mubarak y por el supuesto apoyo que ha recibido del gobierno militar interino.
Además, Shafik ha generado preocupación al prometer que, de ser elegido, recurrirá a la fuerza contra manifestantes para «restablecer la seguridad y el orden». «Estamos atrapados entre dos poderes conservadores de derechas: los militares y la Hermandad», dice Hosni Abdel Rahim, líder del movimiento estudiantil e integrante del Frente Democrático, pequeño partido socialista conformado en su mayoría por intelectuales. Explica que «los jóvenes están ahora muy molestos porque sienten que no tienen nada que perder. La economía está al borde del colapso, las oportunidades de empleo son limitadas y el único tema en el que depositan su esperanza, la libertad política, pende de un hilo»,
El malestar de muchos egipcios está además alimentado por el menosprecio que muestra el gobernante Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, con el apoyo de algunos medios, a la revolución de febrero de 2011.
En la campaña electoral, la Hermandad Musulmana movilizó a su organizada red de grupos de base para ganar votos, mientras que Shafik contó con importante medios económicos. Pero los seculares liberales no tienen ninguno de esos elementos básicos.
El malestar y la confusión de los activistas egipcios se agravan debido a su incapacidad de unirse. Algunos se inclinan por respaldar a la Hermandad Musulmana. Eso quedó claro en una reunión convocada por los fundadores del Frente Democrático para formular una estrategia de acción para las próximas semanas.
Uno de los líderes del Frente, Moehsien Rashad, explicó que apoyar a los islamistas era una estrategia temporal. «Al menos en este momento podemos presionar a Mursi y a la Hermandad, que controlan el parlamento, para que redacten una nueva
Constitución y demuestren que son diferentes al régimen anterior. También se puede ejercer esa presión sobre Shafik, aunque si él sale elegido el sistema permanecerá inmutable».
Sin embargo, Ibrahim Nawar, también del Frente Democrático, opina que la Hermandad es la mayor amenaza para Egipto, y que es preferible apoyar a Shafik. «Una vez que estén en el poder transformarán al país en un estado islámico teocrático», alerta. Es lo que ocurrió en Irán, «los partidarios de la teocracia prometieron implementar una ley civil, pero cuando llegaron al poder se retractaron e impusieron la teocracia a todos los iraníes».
Nawar subraya que «La Hermandad traicionó al país en los últimos 15 meses. Solo se sumó a la revolución en una etapa posterior, con la intención de obtener réditos políticos. También se colocó del lado de los militares en la represión de los derechos de los manifestantes y barajó cambios constitucionales sin consultar a otros partidos políticos».
Mientras, otros activistas llaman a rechazar de plano las elecciones e instan a boicotear la segunda vuelta este junio. En la primera ronda, más del 50 por ciento de lo habilitados no acudieron a las urnas. «Creo que ha habido mucha ingeniería política en los últimos resultados, incluyendo irregularidades», afirma el secretario
general del Frente Democrático, Wael Hossam. «La Comisión Electoral Presidencial rechazó la mayoría de las denuncias, diciendo que no tenían base legal o que habían sido presentadas demasiado tarde», nos dice.
Varios observadores internacionales aseguran que la Comisión impuso restricciones a su trabajo.
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