Grafeno, tiene como principal misión sacar el material de los laboratorios e incorporarlo a sectores como la microelectrónica, la energía, la aeronáutica o los biomateriales. Está dirigido por el profesor Jari Kinarer, de la Universidad de Chalmers en Suecia y participan 126 grupos académicos e industriales de 17 países europeos con 136 investigadores principales, entre ellos cuatro premios Nobel.
Se trata de investigar las propiedades únicas de este material revolucionario basado en el carbono. En 2004, científicos europeos, Andre Geim y Konstantin Novoselov, de la Universidad de Manchester, premios Nobel de Física 2010, hicieron posible la utilización del grafeno que será el material prodigioso del siglo XXI, igual que los plásticos lo han sido en el siglo XX, sustituyendo entre otros al silicio en los productos digitales. A caballo entre un metal y un semiconductor, es bidimensional, transparente, impermeable, duro y elástico y tiene ciertas deformaciones que dan lugar a campos magnéticos muy elevados.
Según Francisco Guinea, investigador del CSIC y uno de los coordinadores de la parte española del proyecto Grafeno, «pronto habrá pantallas táctiles de grafeno y serán más baratas que las actuales. Lo importante es que surgirán nuevas aplicaciones».
El proyecto Cerebro Humano creará la instalación experimental más grande del mundo para elaborar el modelo más detallado del cerebro y estudiar cómo funciona y, entre otras cosas, poder desarrollar un tratamiento personalizado de las enfermedades neurológicas y afines. La investigación podría cambiar radicalmente la calidad de vida de millones de europeos.
Está dirigido por el profesor Henry Markram de la Escuela Politécnica Federal de Lausana y en él participan 80 instituciones europeas y de otros continentes.
En España está liderado por el investigador del CSIC en el Instituto Cajal, Javier de Felipe, están implicados también investigadores del Instituto de Neurociencia de Alicante y seis universidades españolas. La preparación ha llevado tres años.
«Entender el cerebro es uno de los grandes retos que la ciencia abordará a lo largo de este siglo. Cuando descifremos cómo funciona, podremos desarrollar nuevos tratamientos para enfermedades que afectan al cerebro, así como disponer de novedosas tecnologías en neurociencia e informática», dice De Felipe
La UE apoyará los dos proyectos durante toda la duración de las investigaciones, diez años, a través de los programas de financiación Horizonte 2020 (2014- 2020) que todavía deben aprobar el parlamento Europeo y el Consejo.
Según la vicepresidenta de la CE, Neelie Kroes, «Para que Europa siga siendo competitiva y lugar de acogida de la excelencia científica, los Gobiernos de la UE deben aprobar un presupuesto ambicioso para el programa Horizonte 2020».