El comisario de Competencia, Joaquín Almunia, ha aprobado los planes de restructuración de los cuatro bancos, condición previa para el desembolso del rescate, que cubrirá menos del 30% de las necesidades de capital constatadas en las pruebas de resistencia. El resto se cubrirá mediante reparto de cargas, venta de activos y otras medidas de gestión y transferencia de activos y préstamos tóxicos al banco malo español, Sareb.
En concreto, BMN recibirá 730 millones de euros (de 2.208 identificados en las pruebas de resistencia), Banco Ceiss se beneficiará de 604 millones (de 2.063 millones), a Caja3 le corresponden 407 millones (de 779 millones) y Liberbank recibirá 124 millones (de 1.198 millones).
BMN, Ceiss y Liberbank reducirán su tamaño en un 40%, 30% y 25% respectivamente y Caja 3 será absorbida por Ibercaja. España se ha comprometido a vender Banco Ceiss y a que BMN y Liberbank coticen en bolsa antes de que finalice el período de reestructuración. Caja3 dejará de existir como entidad independiente.
El rescate europeo obliga además a las entidades a reorientar su modelo empresarial. Tendrán que abandonar aventuras mayoristas y centrarse en la concesión de préstamos a las pymes en las regiones en las que habían operado tradicionalmente.
Todos los bancos se han comprometido a ceder una serie de participaciones industriales y filiales, cuyo producto contribuirá a financiar la reestructuración, limitando así la necesidad de ayuda adicional.
El sindicato UGT calcula que unos 4.000 o 5.000 empleados de las cuatro entidades perderán su empleo, en el peor de los escenarios.